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Debemos de partir desde el concepto de que los accidentes no son cuestión del destino sino que son eventos totalmente predecibles y por lo tanto prevenibles. Los niños son más susceptibles por su actividad constante, su curiosidad, su necesidad de experimentar, su poca coordinación que aún está en desarrollo y porque todavía no son capaces de percatarse de los riesgos.
Por ello, es importante tener una habitación y una casa seguras que se adapten a sus necesidades ya que conforme vaya creciendo el riesgo será mayor.
En los primeros 3 meses los riegos más importantes son la muerte de cuna y quemaduras durante el baño. A partir de esta etapa incrementa el riesgo de caídas, por lo que nunca debe de estar un pequeño sobre una superficie alta sin ser sostenido por los padres, ni siquiera por un instante, ya que el bebé cada vez es más activo y en menos de un segundo puede girar y caer, pudiendo recibir un fuerte golpe en su cabeza.
Todo bebé debe estar siempre bajo supervisión de un adulto, no deben de estar en la cocina ni en el baño, no debemos cargarlos cerca de líquidos calientes, debemos mantenerlos alejados de estufas, planchas, cables y enchufes así como también controlar la temperatura del baño. Si están en exteriores mantenlo alejado de donde haya agua, tinas, cubetas, cisternas y albercas.
Recuerda que la posición segura para dormir hasta el año de edad, es boca arriba, esta también es una forma de prevenir accidentes.
Siempre se deben guardar los medicamentos, químicos y productos de limpieza en lugares altos y bajo llave. Nunca debe estar un niño pequeño sólo con un perro o un gato ya que hasta el más tranquilo de los animales puede atacarlo.
Alrededor de los 3 meses los bebés empiezan a meterse todo a la boca así que nunca deben tener a la mano objetos pequeños (que quepan dentro de la parte interna de un rollo de papel de baño). Cuando empiezan a comer, alrededor de los 6 meses, también tienen que estar bajo supervisión de un adulto y darles alimentos manejables para disminuir el riesgo de atragantamiento.
Desde los primeros meses de nuestros pequeños tenemos que conocer cada una de las medidas para prevenir accidentes y siempre hay que estar preparados para saber que hacer ante uno. Saber desatragantar a un niño y como iniciar las maniobras de reanimación son medidas que salvan vidas, por lo que es fundamental que todos los padres, maestros, cuidadores y todos los que estén en contacto con niños tomen un curso de primeros auxilios y sepan que hacer ante un accidente.
