En el sexto mes de vida las reservas neonatales de hierro se agotan, y tu bebé necesitará obtenerlo a partir de la dieta complementaria. El hierro tiene un papel muy importante en su salud, desarrollo físico, cognitivo y en su comportamiento Entre los beneficios que brinda el hierro están ayudar a mejorar sus niveles de hemoglobina en sangre, a disminuir el riesgo de infecciones gastrointestinales y beneficiar el crecimiento, para que tu bebé alcance la talla y peso que genéticamente tiene programados. También beneficia su desarrollo motor, especialmente cuando es incluído en la dieta antes de los 8 meses de edad.
La oportunidad de crecimiento en este periodo no es la misma que se tiene en otras edades, por lo que es necesario propiciar una dieta que contenga hierro. Este debe consumirse en la cantidad adecuada para cada bebé, y así podras evitar alteraciones irreversibles en su desarrollo.
Para brindarle una fuente de hierro, es necesario incluir alimentos de origen animal como el pollo, vísceras y carnes rojas. El pescado también es una fuente importante de hierro, pero en esta etapa, sólo se recomiendan ciertas especies que tienen poco riesgo de provocar alergias. Tales son: el arenque, la trucha arcoíris, el salmón salvaje o de criadero y la sardina.
Sin embargo, por razones culturales o religiosas, algunas mamás no desean incluir carne en la dieta de sus bebés. Si tal es tu caso, puedes ofrecerle una fuente de hierro mediante el consumo de cereales fortificados. Sin embargo deberás consultar con el pediatra otros suplementos de hierro que completen la cantidad que tu bebé necesita para su sano crecimiento.
Fuentes: