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Durante el embarazo, los cambios hormonales y fisiológicos provocan cambios en tu piel y cabello. En tu piel, estos cambios estimulan la pigmentación de algunas áreas como tu rostro o la línea morena en tu vientre, también es posible que observes algunos problemas de acné o crecimiento de vello. En el caso del cabello, algunas mujeres lo sienten más grasoso, otras más seco. Para mantener una piel y cabello saludables te proponemos los siguientes cuidados:
Prevenir manchas en la cara. Muchas personas lo denominan paño. Conviene evitar la exposición facial al sol, puedes aplicar algunos remedios como mascarillas de avena cocida, baños de harina de arroz y bicarbonato. El uso de protectores solares solo debes realizarlo bajo prescripción médica, pues las sustancias que los conforman pueden llegar a tu bebé. Si antes del embarazo ya presentabas pigmentación u oscurecimiento en secciones de tu piel, es posible que se oscurezcan más.
Prevenir erupción, irritación o comezón. Lo mejor es mantener una piel nutrida. Puedes incluir los complementos de omega 3 y 6 que tu médico autorice o bien alimentos ricos en dichos ácidos grasos. En caso de que los síntomas estén presentes, puedes remojar una toalla en agua tibia y colocarla sobre las áreas afectadas, sobre todo, deberás seguir las indicaciones de tu médico.
Hidrata tu piel y cabello. Puedes lograrlo bebiendo agua, humidificando el espacio donde te encuentras, especialmente en los meses de mayor calor. En el invierno, si acostumbras usar calefacción, puedes sustituirlo por vaporizadores que brindarán humedad y calor al ambiente.
Revisa las zonas de la piel con pliegues. Durante tu embarazo, tu piel tendrá mas pliegues, los cuales son áreas de mayor roce o fricción. Para evitarlo, puedes utilizar ropa holgada y, tras la ducha, humectar tu piel y esperar a que sequen las regiones con pliegues antes de vestirte.
Utiliza maquillaje ligero. Lo ideal es que evites el maquillaje, pero si te cuesta mucho trabajo dejarlo, conviene utilices maquillajes a base de agua. No olvides desmaquillarte todas las noches para que tu piel respire.
Ajusta la frecuencia en que lavas tu cabello. Si sientes que tu cabello está más seco, disminuye la frecuencia en que utilices el shampoo y evita el uso de la secadora. También puedes optar por un shampoo bajo en detergente y un acondicionador hidratante. Si sientes que tu cabello se ha vuelto más grasoso, utiliza shampoo con mayor frecuencia.
Evita los tintes y químicos en el cabello. Durante el embarazo la coloración de tu cabello no es completamente predecible. Además, cuando los químicos del tinte entran en contacto con el cuero cabelludo pueden llegar a tu bebé; por ello se sugiere evitar la exposición de tintes al menos en el primer trimestre, pero si aún así deseas realizar un tratamiento en tu cabello, espera a que pase este trimestre y aplica el tratamiento sin que entre en contacto con el cuero cabelludo.
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