¡Síguenos!
Foto del Perfil

¿Cómo hacer que tu bebé no llore cuando se separan?

Diversas situaciones llevan a que te separes de tu pequeño: inicio de tu vida laboral, alguna salida con tu pareja o amigas, etc. Por lo cual necesitarás ayudar a tu bebé a enfrentar esta separación. La mejor forma de ayudar a tu bebé a que no llore cuando te separas de él por primera vez, es preparándolo para el momento en el cual esto ocurrirá.

 Para lograrlo, primero debes saber que la separación también tiene un impacto en ti. Tu pequeño podrá identificar tu angustia o tristeza cuando te separas de él, lo cual podrá interpretarlo como una señal de que algo no está bien y, por lo tanto, es normal que también se estrese y llore.

Por ello, esta preparación será de utilidad para ambos. Te proponemos algunas actividades que los ayudarán a lograrlo. Para que sean más efectivas, practícalas antes de separarse por primera vez.

 

  • Relájalo con música. La música ha mostrado un importante efecto relajante en niños. Cántale una canción o utiliza la melodía mientras realizan actividades relajantes en casa, como tomar un baño o cuando lo estás meciendo para dormir. Lleva esta melodía o tu voz grabada con la persona que estará a cargo de su cuidado para que la reproduzca. Al escucharla recordará sensaciones de bienestar presentes cuando está en casa (Kemper et al 2008).
  • Inflar títeres de tela. Realizar ejercicios de respiración es más atractivo cuando tiene un efecto divertido. Infla un títere de tela que muestre el rostro de un muñeco al estar lleno de aire. Deberás permitir que se desinfle e inflarlo nuevamente. Anima a tu pequeño a que lo infle y desinfle. Así aprenderá a modular su respiración y con ello a relajarse. Promueve este juego con su cuidador.
  • Masajes y contacto físico. Tal estrategia funciona para relajar a algunos niños, pero ha mostrado mayor eficiencia con bebés pequeños.
  • Actividad física. Muchos niños prefieren formas de relajación más activas dado que están experimentando cómo se siente moverse. Esto les dificulta mantenerse quietos (Kemper et al 2008). Por ello, realizar juegos de actividad física con su cuidador podrá ser una buena estrategia para mantenerse tranquilos mientras se adaptan a este cambio. Lograrán un mejor resultado si la actividad se acompaña de música que le gusta.

 Simula la rutina que realizarás al dejarlo al cuidado de alguien más. Ello le permitirá habituarse al nuevo espacio y a su cuidador. Si queda a cargo de una persona de tu confianza, programa algunas visitas previas, simulando que lo dejarás con esta persona. Permite que tu pequeño vea cómo preparas su maleta con mamilas y pañales y, al llegar, realicen las actividades ya recomendadas con su cuidador, permitiendo que éste sustituya paulatinamente tu interacción en el juego con tu bebé. Si acudes a una guardería, solicita te permitan realizar simulaciones previas a dejarlo bajo su cuidado. Pueden recorrer los espacios de actividades para despertar su interés. También realicen una señal que le indique que has vuelto a recogerlo, como cantar la misma canción de despedida. De éste modo, la situación le resultará familiar y sabrá que esta separación es sólo temporal.

La respuesta de tu pequeño al estrés también se afecta por la calidad de sueño, saciedad y nutrición, estado de salud, habilidad para socializar y apego a límites. Considera promover estos factores para facilitar su adaptación al nuev@ cuidador.

 

Fuentes:

  • Ekman P., Levenson R., y Firesen W. (1983) Autonomic nervous system activity. Distinguishes among emotions. Science. 221: 1208-1210
  • Kemper K., McClean H.T.W., Lovato J. (2008) Impact of Music on Pediatric Oncology Outpatients. Pediatr Res. 64(1):105-109. Doi:10.1203/PDR.0b013e318174e6fb.
  • Cheung S, Han E. Kushki A. Anagnostou E. Biddiss E. (2016) Biomusic:an auditory interface for detecting physiological indicators of anxiety in children. Neurosc. 10:401. Doi:10.3389/fnins.2016.00401.

Loewi J., Stewart K., Dassler A.M., Telsey A., Homel P. (2013) The effects of music therapy on vital signs, feeding and sleep in premature infants. Pediatrics. 131(5):902-918. Doi:10.1542/peds.2012-1367

¿Te gustó este artículo? Compártelo


Califícalo

Queremos saber tu opinión