Frecuentemente los bebés y niños presentan rechazo a nuevos alimentos. Esto es parte de un periodo madurativo de la conducta alimentaria que llevará a que forme sus patrones alimentarios. Este rechazo es conocido como neofobias alimentarias.
Genéticamente, los bebés tienen una predilección por sabores dulces y rechazo por los sabores amargos. Es por ello que las papillas de fruta suelen ser las favoritas de muchos bebés. En el caso de las verduras al no tener un sabor dulce es muy probable que sean los primeros alimentos que formen parte de las neofobias. Se ha observado que la exposición repetida entre 5 a 10 ocasiones incrementa la probabilidad de que tu pequeño acepte las verduras. Sin embargo los padres suelen retirar inmediatamente un alimento que el pequeño haya rechazado, por lo que no dan oportunidad a que el bebé se habitúe al nuevo sabor, olor y consistencia de la comida.
Aunado a esto se encuentra la condición de su cavidad bucofaríngea, la cual al aún estar pequeña tiene menor espacio para la comida. Esta condición pueden provocar el reflejo de náusea con algunos purés. Esto no necesariamente significa que no le guste, sino que se está estimulando la región posterior de la garganta y/o la base de la lengua, provocando el reflejo nauseoso.
Para ayudar a tu bebé a comer verduras, puedes seguir los siguientes consejos.
En este avance se forman patrones alimenticios que lo acompañarán toda su vida, por lo cual se recomienda evitar agregar endulzantes a los alimentos. Si deseas saborizar, puedes agregar paulatinamente condimentos naturales de sabores ligeros que has identificado le gustan a tu bebé, como el orégano y laurel, pero solo en pequeñas cantidades. Pues los bebés son más sensibles a las especias y saborizantes.
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